Posturas forzadas en el puesto de trabajo
El médico ocupacional es el responsable de recomendar las medidas preventivas.
Los riesgos ergonómicos (levantamiento, empuje y tracción de cargas, movimientos repetitivos y posturas forzadas) son los más comunes en todos los puestos de trabajo. Considerando que de estos, las posturas forzadas se encuentran en absolutamente todos los puestos laborales (desde un trabajo de oficina sentado hasta en uno de operaciones industriales), es que resulta importante conocer la forma de identificar estos riesgos y comunicar al médico ocupacional para tomar acciones inmediatas para revertir o mejorar patologías musculoesqueléticas que puedan estar siendo generadas por la adopción de posturas forzadas.
En la Unión Europea, un 33 % de la población laboralmente activa está expuesta a posturas forzadas al menos durante la mitad de su jornada laboral, y aproximadamente un 50 % de los trabajadores se ven afectados por tareas cortas y repetitivas, induciendo al dolor y la fatiga. Además, en el 2015 en España (no hay datos de Perú), las posturas forzadas fueron la causa de 178 mil 218 accidentes de trabajo, lo que aumenta más la importancia de la prevención. Vale recordar que la postura forzada no permite un control adecuado de la articulación obligando a otras partes del cuerpo también adoptar movimientos o posturas que ocasionan accidentes.
Por lo tanto, para prevenir enfermedades y accidentes ocasionados por estas posturas es necesario conocer su definición, sus síntomas y estrategias que disminuyan o eliminen la presencia del riesgo en su puesto de trabajo.
Conceptualicemos
Se denomina postura forzada a toda aquella ejercida bajo sobrecargas mecánicas a las cuales se exponen algunos segmentos corporales como músculos y articulaciones. Siempre son producidas por puestos de trabajo mal diseñados o por una mala comunicación o entrenamiento sobre cuál es la metodología adecuada para realizar ciertas tareas. Estos puestos de trabajo por lo común generan que el colaborador adopte posturas de hiperextensión, hiperflexión o rotación de segmentos corporales (cuello, tronco, brazos).
Las posturas forzadas pueden ser estáticas o dinámicas y se diferencian una de otra debido al tiempo que se mantiene la postura en una sola posición. Una postura de trabajo mantenida por más de 4 segundos fuera de su posición natural indica una postura forzada estática.
Las lesiones musculoesqueléticas originadas por posturas forzadas son de aparición lenta y de aparente carácter inofensivo, por lo que no se debe ignorar los síntomas. Ya que la lesión que no tiene un programa de recuperación adecuado, se vuelve crónica con daño permanente en el tejido conectivo, sobre todo en tendones y sus vainas, lo que puede también dañar o irritar los nervios, o impedir el flujo sanguíneo a través de venas o arterias.
Etapas en la aparición de los trastornos originados por posturas forzadas
Etapa I. Dolor y cansancio en la zona comprometida durante las horas de trabajo que desaparece al dejar de trabajar. Esta etapa es importante detectar, debido a que se presenta por meses o años antes de pasar a la siguiente etapa.
Etapa II. Dolor y cansancio en la zona comprometida no solo durante horas de trabajo, sino también, al salir de este. Estas molestias se mantienen por las noches, alterando el sueño y con ello la productividad del colaborador. Estos síntomas suelen estar presentes por meses.
Etapa III. Los síntomas aumentan de intensidad y son más difíciles de controlar. Se hace complicado realizar tareas sencillas.
Prevención y control
El médico ocupacional es el responsable de recomendar las medidas preventivas (diseño de puestos de trabajo, compra de herramientas y criterios organizacionales) y el control de la sintomatología (aguda y crónica) de aquellos puestos de trabajo en los cuales haya detectado peligro por posturas forzadas con alto riesgo de lesión. Es necesario integrar la ergonomía en la gestión de la empresa, apoyando la gestión de la medicina ocupacional que busca colaboradores productivos y saludables.
Estrategias para eliminar o disminuir el riesgo de lesión musculoesquelética por posturas forzada.
Uso de herramientas manuales:
• Evitar adquirir herramientas manuales de mala calidad.
• Seleccionar herramientas que permitan al colaborador usar grupos musculares grandes.
• Evitar sostener una herramienta por tiempos prolongados.
• Utilizar herramientas de doble mango o asas.
• Evitar herramientas que requieran posturas forzadas de la muñeca. Estas deben adaptarse a zurdos o diestros.
Medidas organizacionales:
• Organizar el trabajo de tal manera que se puedan rotar las tareas.
• Implementar tiempos de recuperación de articulaciones y segmento corporales.
• Informar a los colaboradores de manera teórica y práctica sobre los riesgos posturales y lesiones musculoesquelética.
• Capacitar sobre ejercicios de estiramiento y reforzamiento de la musculatura.
Higiene postural
• Alternar las posturas de pie y sentado siempre.
• Evitar flexión, hiperextensión y torsión del tronco.
• Mantener el cuello en posición neutra.
• Evitar posturas estáticas.
• El calzado no debe ser muy alto ni totalmente plano.
• Mantener la espalda recta.
• Nivelar la mesa a la altura de los codos.
• La silla de trabajo debe ser regulable y estable.
• Usar reposapiés en caso que el ajuste mesa-silla no sea correcto.
Imágenes recuperadas de:
Cuaderno preventivo: Posturas Forzadas / Secretaría de Medi Ambient i Salud Laboral de la Unió General de Treballadors de Catalunya. www.ugt.cat