Esta enfermedad puede ocasionar la muerte de su mascota en corto tiempo.
El Parvovirus Canino (PVC) es una enfermedad viral que presenta tres cepas variantes PVC-2a, PVC-2b y PVC-2c, que afectan tanto a perros, lobos, zorros y coyotes.
Estos virus pueden vivir en promedio nueve meses en el ambiente en forma de fómites, los cuales provienen de las heces de animales infectados. Es entonces cuando debemos prestar mayor atención, pues nuestras mascotas pueden ser infectadas al momento de ingerirlos.
Pueden infectarse canes de cualquier edad, pero la enfermedad clínica se produce con mayor frecuencia entre el destete y los 6 meses, siendo las razas más susceptibles los Rottweiler, Doberman Pinscher, Pitbull Terrier, Pastor Alemán, Labrador Retriever. Se desconocen las bases biológicas.
La sintomatología más frecuente se desarrolla en perros no vacunados o con vacunación incompleta que inician la enfermedad con pérdida de apetito, letargia, vómitos, mucosas pálidas, deshidratación y luego con diarrea profusa y hemorrágica de forma rápida y explosiva.
El tratamiento que se da para PVC es sintomático, comprende en instalar un sistema de fluidoterapia, antieméticos, suplementos vitamínicos para evitar infecciones secundarias.
También puede aplicarse sueros autoinmunes o procedimientos para transfundir sangre, etc. según lo amerite el caso.
Este virus puede ocasionar lesiones e infecciones secundarias graves, que pueden llevar a la muerte de la mascota. Esto dependerá mucho de la inmunidad materna recibida de cachorros y del estado en el que llegue a ser tratado.
Medidas de contingencia
- Si adoptas una mascota, lo ideal es mantenerla en cuarentena entre 3 a 7 días hasta que pase su control veterinario.
- Cumpla con el calendario de vacunación en fechas indicadas por su médico veterinario.
- Evite transportar sus mascotas en periodo de vacunación, aléjelos de parques, zoocriaderos, y portadores asintomáticos o animales enfermos.
Generalmente se puede vacunar a partir del mes y medio de nacido, sin embargo, existen vacunas que pueden aplicarse a partir del mes de nacido en cachorros de alto riesgo. Lo recomendable es acudir al especialista para que evalúe la necesidad e instaure un protocolo de vacunación adecuada para su mascota.